Agua cristalina y fresca alborota los sentidos, refleja los
caprichos de la naturaleza en su afan de asombrar y detener
a culaquiera de su rapido caminar, permitiendose disfrutar del
sonido armonioso que se forma con el recorrido del agua
entre las piedras.
Colorido y belleza reposando sobre su
propia naturaleza, armoniosa conjunción
que inspira a la creatividad y al momento capturar
con todos los sentidos tan efímero momento.
Magestuosas se imponen las torres de la catedral, en
espera paciente de muy pronto ver concluido su sueño,
de ser en toda la extensión de la plabra el fiel reflejo
de la fe del pueblo de Tabasco.
Bajo el sol abrazador y en bullicioso espacio
van los caminantes en busca del amor.
Quien diria que en estas calles navegaron pesares
e incredulidad de sus habitantes ante la fuerza de
la nauraleza, y sin embargo el amor por nuestra ciudad
nos hizo volver a embellecerlas y ser transitadas nuevamente
por la ilusión de cada dia.
Dos almas gemelas que al fin se han encontrado, incredulas
ante tal milagro observan el horizonte disfrutando cada
minuto antes de juntas partir sobre las plácidas aguas.
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